CRITICA DE LA OBRA
“EINSTEIN EL MONÓLOGO”
La obra “Einstein el monólogo” se llevó a cabo el día 26 de
octubre del año presente, en el teatro 11 de julio. Einstein es una conferencia
monologada, representada por Patricio Castillo, original de Gabriel Emanuel y
bajo la dirección, traducción y adaptación de Bruno Schwebel.
¿De qué va la obra?
Está constituida por dos actos con un intervalo de 10
minutos aproximadamente entre uno y el otro, en el cual nos ilustran sobre la
vida de este afamado físico, científico humanista. Así como sus principales
ideas, y más centrado en la teoría de la relatividad, en un ameno y entretenido
dialogo uno a uno del actor con el público.
Patricio Castillo, como Einstein, nos habla con un buen
humor y un lenguaje coloquial y muy ligero que atrapa al público, de su niñez,
su juventud, su familia, y la educación que recibió en un contexto de la
Alemania fascista. Nos comparte sus reflexiones en cuanto a la ciencia y a la
utilidad que le dan a la misma, dentro de la rama de la tecnología; repudia la
guerra, pero en cierto punto de su vida se da cuenta que es imposible
mantenerse ajeno a ella. Se cuestiona, y nos cuestiona sobre la existencia de
dios, sobre la creación del universo, sobre el movimiento de los cuerpos, lo
relativo que es el tiempo; en todo momento, nos tiene en constantes
interrogantes para crear el interés del público y mantenerlo atento a la puesta
en escena.
La escenografía me pareció de los más apropiada, pues, no
era extravagante, pero cada detalle estaba cuidado a la perfección, un ambiente
muy ameno, haciéndonos creer que era el cuarto de estudio del físico. Contando
simplemente con un pizarrón de apuntes, un librero, un escritorio, un pequeño
catre y un sillón, logro transportarnos a esa época de su vida, con un desorden
característico de Einstein. Claro, apoyado, en la excelente caracterización por
parte de Patricio, con un maquillaje perfecto, un atuendo acorde al personaje,
y un tono de voz entre el español y el Alemán, realmente tenía claro y
visualizado el personaje y el papel que bien cumplió, pues nos mostraba en
ciertos momentos esos ataques de locura que caracterizaba al físico alemán.
En el teatro solo hubo un pequeño problema, puesto que a mí,
estando sentado en la última fila, me
resultaba algo difícil la visualización de la obra, debido a que todos los
asientos de la parte baja estaban a ras de suelo. Pero ese fue el único
inconveniente ya que el teatro tenía una buena iluminación en cuanto a seguir
al actor se refiere. Y una vez iniciada la obra, no se permitió el acceso a
ninguna persona por respeto al trabajo del actor, y por respeto a los
presentes.
En general, fue una buena obra, una buena puesta en escena,
un buen actor, una buena adaptación. Sin duda alguna, es notable el
profesionalismo de los involucrados para traernos teatro de calidad a un precio
nada extravagante, a un público muy general, con o sin conocimientos previos.
México necesita más actuaciones así, hechas con profesionalismo, con
compromiso, y no al “ahí se va”. Pero, ¿Por qué no existen muchas obras así?
¿Por qué no apagamos la televisión un momento y nos dedicamos a ver una buena
obra, o a leer un buen libro? Nos hace falta mucha cultura en el país, y este
tipo de obras son un buen acercamiento a ella. Así que no dejemos pasar las
oportunidades, y disfrutemos buen teatro en el país, que claro que lo hay. ¿O
aún prefieres la televisión?
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